Mucho se ha escrito de los diferentes Caminos a Santiago y existen numerosas guías y bibliografía editadas al respecto, por lo tanto el contenido de esta sección no pretende ser una guía del Camino del Norte, sino solo un relato por etapas de la historia de nuestro viaje, las anécdotas y los recorridos de cada etapa, de forma que quede un recuerdo permanente para nosotros y que de paso pueda servir de ayuda a futuros viajeros a la hora de planificar su viaje.

El viaje comienza con el desplazamiento aéreo en vuelo matutino PM – Bilbao. Ya en el aeropuerto de Sondika procedemos a vestirnos de ciclistas en los aseos del aeropuerto y al posterior desembalaje y montaje de nuestras máquinas para desplazarnos hasta Bilbao y dar comienzo a nuestra aventura.

Elegimos las inmediaciones del museo Guggengehin como el comienzo de la ruta, puesta cero de contadores, preparación de gps, fotos de inicio y comienza la aventura, a disfrutar del Camino. Para los que como nosotros inicien la ruta en el Bilbao y por tanto no tengan necesidad de subir al albergue de Bilbao, se recomienda seguir la orilla izquierda de la ría en dirección Barakaldo y no seguir el track, éste transcurre por el camino real que, buscando la localización del albergue, sube hasta la carretera de Kastrexana para cruzar la Autovía del Cantábrico y después volver a bajar hasta la orilla de la ría.

Por las inmediaciones de la ría y en el corazón industrial del País Vasco, atravesamos Barakaldo y después Sestao, para adentrarnos en Portugalete por la calle Sotera de la Mier con la visión del Puente Colgante en el Horizonte. En Portugalete paramos para empezar la experiencia gastronómica del viaje dando cuenta de la exposición de montaditos de un bar de la C/ Gral. Castaños.

Salimos de Portugalete por la Avd. de Carlos VII y poco después de cruzar la A-8 nos encontramos con la Bidagorri, un carril bici de unos 11 km que nos llevan a la playa de La Arena, cruzamos la playa y un puente sobre la ría Barbadum que desemboca en una esquina de la playa. Nada más cruzar el puente, las flechas nos desvían hacia la derecha para subir unas empinadas escaleras que remontan hasta el trazado de un antiguo tren minero. No obstante, antes de subir las escaleras nos acercamos al barrio de Pobeña para poner el primer sello de nuestro camino en el albergue que se encuentra en el edificio de las antiguas escuelas de Pobeña.

Después del “sellaje” en Pobeña retomamos el camino con “empujing” en el tramo de escaleras, que se hace más llevadero gracias a la especie de acequia lateral de desagüe que tienen y por donde se pueden meter las ruedas de la bici sin necesidad de saltar los escalones.

El final de las escaleras nos lleva a encontrarnos con el antiguo trazado de un tren minero que, bordeando la cornisa marítima, acercaba mineral al embarcadero de Dicido y que actualmente lo han convertido en Vía Verde. El comienzo de la Vía Verde dispone de una fuente y desde allí se obtiene una bella panorámica de la playa.

Por la Vía Verde abandonamos el País Vasco y entramos en Cantabria por la población de Ontón, que nos recibe en bajada después de cruzar la autovía. Atravesamos Ontón y salimos a la N-634, justo en una curva desde donde arranca la CA-523.

Cruzamos la nacional y cogemos en subida la CA-523 en dirección Baltezana, tras cruzar la población la carretera sigue subiendo hasta alcanzar la cota máxima de la etapa en el cruce a Talledo y La Helguera. Seguimos de frente bajando en dirección Otañes y después por una pista a Santullán, donde subimos por una empinada calle para llegar a la carretera, la cruzamos y seguimos en dirección a Sámano por unos caminos asfaltados disfrutando de un bonito paisaje a lo largo del valle.

Rodeamos Sámano y ya por carretera nos dirigimos hacia Castro Urdiales, cruzamos la A-8 y por el trazado de la N-634 entramos en Castro. Primero nos encaminamos hacia el paseo marítimo, el puerto y el faro. Después regresamos al la N-634, que atraviesa el pueblo, en busca del albergue de peregrinos que se ubica en la espalda de la plaza de toros a la salida del pueblo.

Tras ubicarnos en el albergue, tuvimos tiempo de sobra para realizar la visita turística- gastronómica de Castro Urdiales que, aparte de sus playas y el puerto, además goza de algunos monumentos arquitectónicos interesantes. Como la Iglesia Gótica de Santa María que es el monumento gótico más importante de Cantabria; la iglesia de San Pedro del siglo XII; el Castillo-Faro situado junto a la Iglesia de Santa María que fue construido durante los siglos XIII y XIV; el Puente Medieval, popularmente llamado romano y conocido también como Puente Viejo, está situado en el promontorio de la villa, uniendo el Castillo-Faro con el puerto; otros edificios destacados son: La Casa de los Chelines, Casa de Isidra del Cerro, el Hotel Royal, el conjunto Ocharán o la propia Portada del Mercado.

Al final terminamos esta bonita etapa dando cuenta de un reponedor chuletón convenientemente regado para reponer las energías. Después paseo y gin-tonic digestivos camino del albergue. El albergue tiene unas buenas instalaciones, pero no es muy grande (unas 20 camas) y este Camino también se está popularizando, así que nos lo encontramos casi lleno y como los caminantes tienen preferencia sobre los ciclistas, al final algunos de nosotros tuvimos que dormir sobre un colchón en el suelo o sobre la mesa del comedor.