LOS RECORRIDOS
En esta sección de Los Recorridos se describen las etapas una a una, sin la pretensión de una guía turística, contamos nuestro viaje, anécdotas y vivencias, apuntando también algunas cosas que consideramos pueden servir a otros que quieran realizar esta ruta. Son 5 días acompañando el curso del río por las zonas de la Depresión del Ebro y el Bajo Ebro.
Antes de iniciar la ruta ciclista, nuestro viaje comienza con el desplazamiento en barco de Palma a Barcelona y después coche de alquiler hasta Zaragoza, donde pasaremos el Viernes Santo disfrutando de la semana santa zaragozana y sus procesiones amenizadas por los tambores de sus cofrades. Etapa 1: ZARAGOZA - SÁSTAGO
La ruta comienza en la plaza de "La Pilarica". El día se presenta bastante abierto con algunas nubes.
Salimos de Zaragoza por el carril bici que transcurre por el margen derecho del río. En la salida de la ciudad cruzamos el río Huerva y poco después nos encontramos con la pista de tierra que sigue pegada al río para adentrarse en el Soto de Cantalobos y la Huerta de las Fuentes, donde el Ebro recibe al río Gallego por la izquierda. Nos adentramos en la Reserva Natural Dirigida de los Sotos y Galachos del Ebro. En el camino nos encontramos con Jerónimo, un biker lugareño que se desplaza en bici por estas pistas para ir a trabajar a un granja de cerdos. Charlando con él y sobre sus intenciones de recorrer tramos de la Transandalus con un grupo, nos adentramos en la curiosa población amurallada de La Cartuja Baja, que antaño fue un monasterio. Poco después nos despedirnos de Jerónimo y continuamos recorriendo sotos, galachos y mejanas. A pesar de las lluvias de los días anteriores, la pista en estos primeros kilómetros está perfecta para rodar. Manoli se va adaptando perfectamente a esta nueva experiencia de pedalear por pistas de tierra con su híbrida "Julia". Después del galacho de La Cartuja se alcanza el casco urbano de El Burgo de Ebro. A la salida del pueblo nos alejamos temporalmente de la ribera para pasar junto a la urbanización Virgen de la Columna y regresar luego junto al “gran río”. Se pasa junto a la presa de Pina y por el viejo camino a Fuentes de Ebro, donde se toma un ramal que recorre toda la ribera, y por donde transita la Cañada Real de las Peñas, pasando por parajes de especial valía (como los sotos de la Mejana Baja y Las Viudas o el galacho de Osera). Abandonamos la Cañada Real y continuamos por la Mejana Baja, donde la pista está más embarrada y nos presenta algunas dificultades, no solo el barro, también las cañas de los cañaverales laterales que los agricultores de la zona han tumbado sobre el barro para poder pasar con los vehículos. En el algunos tramos Manoli se retrasa, los puentes de frenos de su "Julia" no "digieren" bien el barro y bloquean las ruedas, toda una prueba de fuego para una debutante. Afortunadamente el tramo no es demasiado largo y pronto pasamos el mal trago. En la lejanía observamos un curioso puente, que cruza sobre la pista, cuando nos acercamos comprobamos asombrados que se trata del puente del AVE al que le han dado una forma arquitectónica semejante al propio tren AVE, un lujazo. Poco después del tren del AVE cruzamos a la otra orilla para entrar en Pina del Ebro. Aquí realizamos una parada de avituallamiento y aprovechamos para quitarle un poco de barro a las bicis con un cubo de agua que que nos dan en el bar, donde damos cuenta de unos generosos y sabrosos bocatas bien regados con cerveza. El camino continúa por el parque fluvial de Pina de Ebro, se acerca al soto e isla de la Mechana, y próximo al cauce del Ebro llega hasta casa Aznárez, donde recorta el pronunciado meandro de Belloque, para conectar con el camino a Gelsa. Atravesamos la localidad y por las huertas de su vega alcanzamos Velilla de Ebro, junto al importante yacimiento romano de Celsa Lepida. En Velilla tuvimos la oportunidad de conocer a Gabriel, que nos mostró orgulloso la noria del molino harinero que junto al lavadero se han restaurado recientemente, su padre era el encargado de todo aquello años atrás cuando estaba en explotación. Desoyendo las recomendaciones de los lugareños de continuar hasta Alforque por carretera, continuamos por el GR-99. En nuestro horizonte contemplamos unas montañas típicas de las zonas de los Monegros, a las que nos vamos acercando hasta el punto que sólo tenemos enfrente las montañas sin vegetación y el río. Seguimos por un precioso sendero que transcurre entre el río y la ladera de la montaña hasta llegar a Alforque. Como Manoli ha pasado el sendero caminando, decidimos continuar por carretera a la salida de Alforque. Tras una corta subida llegamos al Mirador de Tres Aguas, desde donde se disfruta de espectaculares panorámicas de la Ribera Baja del Ebro.Tras el Mirador la carretera baja hasta Alborgue. A partir de aquí el GR-99 continúa por una corta e intensa subida con rampas de casi el 20% hasta la Ermita de Montler. La guía recomienda subir para disfrutar de las vistas. Poco después de la Ermita empieza un descenso por el margen del río a través de una senda-trialera perfectamente ciclable con descenso guapo, rapido, poco técnico y de buenas vistas, hasta la población de Sástago, el centro de servicios de la comarca, ubicado en un escarpe sobre el estrecho istmo que forma el meandro de Montler.
En nuestro caso decidimos acortar el camino y desde Alborgue continuamos por carretera hasta Sástago recortando el meandro de Montler. En Sástago aprovechamos para darle manguera a las bicis en la gasolinara que hay cerca del hostal. Nos Hospedamos en Hostal Monasterio de Rueda, 976178287, buena relación calidad-precio. Ojo no confundir este hostal que está en Sástago con el Hotel que existe en el interior del propio Monasterio de Rueda que se encuentra a pocos kilómetros de Sástago. |