Para nosotros esta fue la atapa más corta de la ruta ya que en la segunda mitad esquivamos un recorrido escarpado por la recortada orilla del Ebro, el Vall de Freixes y el inhóspito terreno de la sierra de los Rincones, que bordea la margen derecha del Ebro, por sus cimas, en días claros se alcanza a ver el perfil de los Pirineos. La etapa transcurre por el margen derecho bordeando el Mar de Aragón hasta llegar a la presa de Mequinenza.

Salimos de Caspe por una carreterita que recorre la fértil huerta del antiguo cauce del río Guadalope, cuya antigua desembocadura en el Ebro fue reconducida y represada con motivo de la construcción del embalse de Mequinenza (Mar de Aragón). En unos 5 km el camino llega a la presa de Los Moros y los Tres Túneles, construidos para derivar el río y evitar que con el embalse de Mequinenza se inundara este tramo de huertas hasta Caspe.

Cruzamos la presa de Los Moros y remontamos una pequeña colina, para poco después desembocar en la N-211 por la que cruzamos los 3 túneles. A continuación dejamos la N-211 y cogemos un sendero por la izquierda que nos baja a la orilla derecha del Mar de Aragón donde conectamos con una pista para empezar a bordearlo.

Por terrenos agrícolas vadeamos el barranco de Valdebric y por la derecha dejamos la vía pecuaria Cabañera de Mequinenza. Seguimos bordeando el embalse y después de encontrarnos con un par de desvios que llevan a casas particulares, la pista sube un poco para ofrecernos estupendas panoramicas de la inmensidad del embalse. A continuación la pista se estrecha e inicia una bajada un tanto trialera que nos obliga a ser prudentes y echar pie a tierra para bajar al barranco de Cólera.

El GR-99 sigue bordeando el embalse hacia el camino de La Herradura, sin embargo nosotros decidimos remontar el barranco de Cólera hasta alcanzar la N-211 de nuevo. Recorremos unos 6 km escasos por la carretera hasta alcanzar el desvío al camping de Lake Caspe. A partir de aquí el camino se convierte en una pista forestal que sigue bordeando el margen derecho del Mar de Aragón y conecta con el enclave de Mas de la Punta, complejo municipal para usos recreativos en el doble meandro de la Vuelta de la Magdalena.

A continuación el camino vuelve a la N-211por la que circula durante algo más de 5 km, para volver a salirse por la izquierda y entrar en la zona más escarpada e inhóspita de la etapa. La amenaza de tormenta nos hizo continuar por la nacional hasta cerca de Mequinenza.

En nuestro trayecto por la carretera huyendo de la tormenta nos saltamos el trazado del GR-99 por el Vall de Freixes y la Sierra de Los Rincones. Volvimos al trazado original justo en las inmediaciones del barranco de Tamariu, al final del cual se levanta la presa del embalse, y entramos a Mequinenza por la carretera N-211, cruzando el puente sobre lo que ya es la cola del embalse de Riba-roja, frente al lugar donde se ubicaba el pueblo viejo de Mequinenza.

La llegada a Mequinenza y el sistema fluvial de sus alrededores es espectacular: En primer lugar nos encontramos con la presa que retiene el embalse del Mar de Aragón (500 km de perímetro), a los pies de la presa el agua sufre un curioso cambio de color en el embalse de Ribaroja. Un poco más abajo, después del puente de la N-211, el embalse recibe el agua del sistema Segre-Cinca proveniente del Pirineo Aragonés.

Este encuentro de aguas está presidido por las murallas y torreones del Castillo y, a sus pies, en el margen derecho se ubica el pueblo que fue reconstruido y cambiado de lugar entre finales de los 50 y principios de los 60 con motivo de la construcción del embalse de Mequinenza. Su singular y peculiar ubicación ha influido tanto en su historia como en el idioma y carácter de sus habitantes, situado en el extremo oriental de la provincia de Zaragoza, limitando con las provincias de Huesca y Lérida en la confluencia de los ríos Ebro, Segre y Cinca.

También es un punto de confluencia de la zona esteparia, procedente del Desierto de los Monegros y la flora mediterránea por medio del Ebro. La zona recibe el nombre l’Aiguabarreig (mezcla de aguas). Se trata de la mayor unión fluvial y probablemente la de mayor interés biológico de España. Un espacio en el que confluyen ambientes tan dispares que genera un hábitat único, en el que convive una gran diversidad de flora y fauna, entre los que se encuentran aves de muy diferentes tipos, destacando algunas de las especies más amenazadas de Europa, por lo que ha sido declarado Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA). Desde la colina del castillo se puede contemplar el espectacular paisaje sobre el nivel de la confluencia de los ríos. Actualmente Mequinenza se ha convertido en un punto de encuentro de los pescadores de los grandes sirulos que habitan en el embalse de Ribaroja, un pez depredador oriundo de otras aguas.

Nos hospedamos en el Hostal Mequinenza 974464317 - 628496660, buena relación calidad precio, los dueños también regentan un bar - restaurante cercano al hostal.