Otra intensa y exigente etapa en la que definitivamente abandonamos La Alpujarra, que nos ha embrigado en todos sus ambientes durante los días anteriores, para adentrarnos en tierras almerienses. Atravesaremos el Valle de Andaráx siguiendo el curso de su río para después acometer la travesía de la Sierra de Gador en busca de la costa almeriense.
El transportín de Nico ha perdido un tornillo y antes de partir tenemos que buscarle una solución y eso nos retrasa un poco el arranque. Salimos del hotel y conectamos con la carretera que viene de Alcolea, pasamos por delante del Centro de Visitantes y entramos en Laujar. A la salida del pueblo ignoramos el desvío del GR-140, que es por donde va la TA hasta Fuente Victoria, y nos vamos por la carretera. Un poco más adelante entramos en Fondón y aquí nos paramos para comprar bebidas isotónicas y fruta pues en la travesía de la Sierra de Gador no hay donde avituallarse.
A la salida de Fondón cruzamos la carretera y seguimos de frente por una pista que en los primeros km está asfaltada. La pista transcurre paralela al río Andarax y sirve de límite del Parque Natural de Sierra Nevada. Al volver la vista atrás se muestran los picos nevados de la Sierra, ahora estamos en el valle que ayer veíamos a vista de pájaro desde arriba y ahora la panorámica se invierte. Nos invade una cierta nostalgia con la vista de la vertiente sur de Sierra Nevada que se va achicando a nuestras espaldas, ¡¡que dos días más extraordinarios hemos pasado por aquellas alturas!!. Aunque tampoco desmerece lo que tenemos a nuestro alrededor ahora. La pista transcurre por la parte baja de la ladera de la Sierra de Gador, a la izquierda tenemos el fértil valle de Andaráx encajonado por el norte por las laderas del tercio más oriental de la cordillera de Sierra Nevada y por el sur por la propia Sierra de Gador, atravesando terrenos de almendros y olivos tenemos vistas al valle y sus pequeños pueblos encalados, Beires, Almocita y Padules, un poco más alto Canjáyar y por encima de este e incrustado en la sierra baja Ohanes. Casi sin darnos cuenta llegamos Barriada de Alcora, entramos por el lateral de la pequeña ermita, en cuya puerta nos paramos un ratito para hidratarnos, están de fiesta y “.. colgaron de un cordel de esquina a esquina un cartel, banderolas de papel… ” Toni y Jorge se toman prestadas sendas banderolas de papel uno de España y el otro de Andalucía y las llevarán acopladas a las alforjas el resto del viaje. Atravesamos la Barriada y nos vamos por la derecha por una pista asfaltada en bajada para atravesar la Rambla de Alcora. Después la pista asciende ligeramente entre pinares y después de coronar en peñón alto ya se tira en bajada vertiginosa hasta Instinción dejando antes a la izquierda a Ragol. Entre “pitos y flautas” se nos han hecho las 12 del medio día y a fe que no es la mejor hora para iniciar la travesía de La Sierra de Gador, alguien insinúa (pero muy levemente) la posibilidad de continuar por carretera hasta Almería, pero para nada, “de los cobardes nunca se ha escrito nada”, así que para arriba. La subida nos depara unas fuertes rampas encementadas al comienzo que poco después se convierten en tierra con algo menos de pendiente. Es domingo y existe un inusual tráfico rodado que añade más dificultades a la subida, la polvareda que levantan al pasar, realmente no nos explicamos a donde va tanto coche. Con una pendiente media del 7 % la pista va serpenteando la sierra en su primera parte durante unos 8 km. Durante la travesía de Gador y desde las diferentes laderas de la sierra disfrutaremos de vistas a Sierra Nevada, el desierto de Tabernas, la sierra del Alhamilla y de la costa almeriense ya en la vertiente mediterránea. El sol está vertical, así que ninguna sombra sobre el camino para refrescarnos, ninguna fuente, ninguna acequia, ningún arroyo, vamos ni siquiera un pequeño charco. Hay un momento en que te haces la ilusión de que al voltear la loma empezará el descenso de la sierra y sí, hay un pequeño descenso, pero ¡Oh, sorpresa! es para cruzar el barranco de Martín e iniciar la subida por la otra ladera del barranco. A la izquierda observamos unos cortijos y de frente y a la derecha la pista serpenteando que sube por la otra ladera del barranco, y en la cumbre, cerca del cielo, se observa el pretil de la penúltima curva del collado. En algún momento puedes llegar a pensar ¡por favor que no tenga que salir por allí arriba! pero nuestra avanzadilla (Pep y Toni) que nos silban desde el otro lado del barranco y el dibujo del track sobre el “pepeese”, nos muestran la dura realidad, nos esperan otros más de 7 km de subida con porcentaje medio cercano al 7 %, así que “chino-chano” vamos trasegando kms. pues no queda otra, hay que salir de allí.El tiempo y la fortaleza todo lo cura, así que al final, aquel pretil que se nos antojaba inalcanzable, lo teníamos delante de nosotros y aquel barranco se nos mostraba a nuestros pies, otra vez se invertía la panorámica, pero ahora nos gusta mucho más porque ya estamos arriba. Terminamos de coronar y nos reagrupamos con la avanzadilla que nos esperaban en el pequeño porche de una caseta que hay justo al coronar. Seguimos por una zona de falso llano donde nos encontramos varias casas, seguramente segundas residencias donde se encuentran aparcados algunos de los coches que nos adelantaron al comenzar la subida. Pasamos por delante de la Ermita de San Saturnino, durante este tramo la pista coincide con el Cordel de la Chanata llegando a una balsa con el mismo nombre.
En la balsa giramos a la izquierda e iniciamos la bajada bordeando los picos del Molinero y el Piorno y pasando por delante del parque eólico de Énix y, como 11 km después, desembocamos en una carretera que cogemos por la derecha para seguir bajando unos km más y asomarnos al Mediterráneo y al Campo de Dalias “El mar de plástico” poco antes de llegar al cruce que por la izquierda nos introduce en Énix. Una vez en el pueblo paramos en el bar-restaurante Almería para darnos un pequeño homenaje pues desde que salimos de Laujar apenas hemos comido unas piezas de fruta.
Después del avituallamiento salimos de Énix, tenemos por delante como 8 km de carreterita en sube y baja por el valle de Énix primero y después un pequeño puerto de unos 2 km escasos que nos sube hasta el cruce con la cañada real de la Sierra de Gador. Cruzamos la cañada e iniciamos una bajada por una pista de piedra suelta bastante peligrosa en los 3 primeros km, de hecho Nico tuvo una pequeña caída sin consecuencias graves, un poco de chapa y pintura. Después el firme mejora y sigue bajando ya hasta la ciudad de Almería. En la bajada se disfrutan bellas panorámicas de la ciudad, el Mediterráneo, el Cabo de Gata, La Alcazaba. En este tramo nos cruzamos con varios bikers que subían y bajaban. Una vez en Almería decidimos que ya estaba bien por hoy y nos dirigimos al hostal Sevilla, duchita y a visitar la ciudad y disfrutar de sus tapas.Según la primera planificación que hicimos del viaje habríamos recuperado los casi 30 km de retraso de ayer pues ya en aquel plan estaba previsto dormir en Almería. Nos hospedamos en el Hostal Sevilla C/. Granada, 25 (950.230.009) 40 € por cada habitación doble con baño, solo alojamiento.
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