LOS RECORRIDOS
En esta sección de "Los Recorridos" relatamos nuestro viaje etapa por etapa, las anécdotas y los recorridos de cada una de ellas, aportando nuestras observaciones de la experiencia vivida y los hitos significativos da cada etapa. Esto no pretende ser una guía ni un rutómetro exacto para otros viajeros, sin embargo, si alguien quiere seguir nuestro viaje, recomendamos leer esta sección etapa a etapa pues se aportan comentarios y apuntes que pueden ser de utilidad ya que complementan en gran medida los datos generales aportados en la sección anterior de "Las Etapas". Se divide en 6 páginas vinculadas internamente sin necesidad de volver al menú principal.
1ª Etapa: TORDESILLAS - ZAMORA
El viaje arranca un día antes con el desplazamiento al punto de partida en Tordesillas. Desde Granada se trasladó "el grueso del pelotón" con un coche y una furgo pequeña con las bicis hasta Medina del Campo, donde se encontrarían con Jorge que por vía férrea venía desde Salamanca. Una vez todos juntos y después de una estupenda comida en la Taberna El Mohino continuamos hacia Tordesillas, descarga de las bicis y desplazamiento de dos conductores hacia Valladolid para entregar el coche y regresar a Tordesillas para rendir cumplida visita turística a la histórica y bonita población castellana. En Tordesillas nos hospedamos en el Hostal S. Antolín 983.796.771, S. Antolín 8; 21 € x pers. (Aloj.+Des), buena relación calidad-precio y óptima situación.
Tras la foto de salida delante de San Antolín, el Palacio del Tratado y la estatua de "Juana la Loca", bajamos hacia el río donde nos encontramos con el monumento al Toro de La Vega. A continuación nos dirigimos hacia la plaza de toros y ya en las afueras dejamos a la izquierda la ermita de San Vicente y nos adentramos por el camino de servidumbre del Canal de Tordesillas. Alternando pista y carretera alcanzamos Torrecilla de la Abadesa, bordeamos la localidad y retomamos el camino del canal dejando por la derecha unas construcciones de adobe en el paraje de Las Eras.
A continuación un hermoso pinar nos sirve de pórtico al Paraje Natural de las Riberas de Castronuño-Vega del Duero. Después circulando entre viñedos el camino nos lleva hasta el caserío de Torre Duero, donde tuvimos la oportunidad de que nos mostraran lo que queda de la antigua ermita privada de la finca. En la visita a la ermita algunos pasaron por encima de unas malas hierbas que tenían unas bolitas con pinchos asesinos que se clavaban en las ruedas provocando múltiples pinchazos. Tras reparar los pinchazos seguimos por pista por la orilla derecha del río alternando la vegetación de ribera y las dehesas de encinas hasta encontranos con el trazado de la vía férrea que cruza el Duero en las inmediaciones de Castronuño. Cruzamos a la otra orilla y cogemos una pista que nos lleva hasta el pueblo que se erige en la cortada de La Muela, desde donde se disfrutan de extraordinarias panorámicas del Paraje Natural y del río remansado por la presa de San José. Tras visitar la bonita Iglesia de Sta. María del Castillo, uno de los monumentos románicos más interesantes de la provincia de Valladolid, que se encuentra rodeada de de cuevas bodegas y junto a la Casa del Parque, centro de interpretación del Paraje Natural, bajamos de Castronuño en dirección a la presa de San José, la primera de las múltiples presas que podremos contemplar a lo largo de nuestro viaje. Tras un corto tramo por la carretera cogemos por la derecha el camino del Canal de San José, donde al poco tenemos que volver a reparar los efectos de las bolitas pinchudas. Continuamos entre cultivos de regadío de alfalfa y maíz hasta Villafranca del Duero.
Salimos del pueblo por un camino agrícola asfaltado que sale por su zona norte y que avanza por la vega del río Duero. Más adelante termina el asfalto y se continúa por un cómodo y llano camino de grava hasta el Caserío de Tímulos, donde se puede observar un bonito palomar de planta circular sobre un pequeño farallón rocoso, resaltando sobre el entorno llano. Después nos internamos en un bosque de pino piñonero y a continuación dejamos por la derecha la urbanización El Gejo en busca del puente Mayor de Toro, de origen románico-medieval, con la población de Toro asomada en alto sobre el río, desde el que se asoman la majestuosa colegiata de Sta María la Mayor y el castillo de Toro. Tras cruzar el puente acometemos la subida a la ciudad para visitar la colegiata y su casco histórico, en el que se respiraba un estupendo ambiente festivo. Había un gentío en el casco antiguo de Toro y nos costó encontrar un sitio donde almorzar pues la gran cantidad de bares y restaurantes que hay estaban llenos, pero al final lo conseguimos. Después de almorzar, dimos una vuelta por la ciudad buscando la salida por la calle Canto que pasa por delante del Monasterio de Santi-Spiritus y a continuación bajamos la Cuesta del Canto que, tras un corto tramo pegado a la N-122, conecta con la C-519 para cruzar la vía férrea y a continuación cruza el Duero por el puente de hierro.
Ya en la otra orilla, conectamos en 1 km con el Camino Natural que lo cogemos por la derecha. Una pista que circula pegada al río siguiendo de nuevo el canal de San José entre fincas de cultivo y pequeñas huertas. En poco menos de 6 km el Camino gira hacia la izquierda y se dirige hacia la localidad de Peleagonzalo, pero nosotros optamos por seguir la etapa por carretera con el objetivo de adelantar tiempo para poder disfrutar de la monumental Zamora. La idea en principio era buena y todo iba saliendo a pedir de boca; a un buen ritmo los kms caían rápidamente y casi sin darnos cuenta nos plantamos en Villalazán, pasando por su zona arquelógica de "El Alba", después a Villaralbo, pero aquí la marcha se truncó: buscando conectar de nuevo con el Camino pasamos de nuevo por encima de las dichosas "bolitas asesinas" y no nos salvamos ninguno, todos pinchados y algunos en ambas ruedas. Un auténtico desastre, todo el tiempo ganado se iba al traste con los dichosos pinchazos. Estábamos a unos 4 km de Zamora, así que aprovechando la eficacia del liquido antipinchazos Jorge no se paró y siguió hasta la entrada a Zamora para buscar a José Luis y que fuera con la furgo a recoger al resto de damnificados, sin embargo al final casi todos llegamos pedaleando al hotel de Zamora menos Martín porque ya no había cámaras de repuesto. Antes de irnos a pasear por Zamora intentamos comprar cámaras pero era domingo y fue imposible, así que nos dispusimos a disfrutar del románico zamorano, sin duda Zamora se merece más de una visita porque siempre se descubren nuevos rincones y monumentos. Después de un gratificante paseo por el casco histórico de Zamora nos dimos un homenaje gastronómico en el restaurante El Colmado, en la plaza Mayor detrás de la Iglesia. Tras la estupenda cena seguimos disfrutando de las casas, iglesias y palacios zamoranos con su iluminación nocturna antes de rematar en el hotel. Nos hospedamos en el Hotel Jarama 980.513.227 (C/ Villalpando 14), 47 € H.D. sin desayuno, buena relación calidad-precio.
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