Esta etapa transcurre por Los Arribes Salmantinos en los que visitaremos las presas de Aldeadávila y la de Saucelle, dos de las más importantes del complejo hidroeléctrico "Saltos del Duero". El último tercio del recorrido lo hacemos por la ribera portuguesa del Duero por el entorno del Parque Natural Douro Internacional. Durante gran parte del recorrido ignoramos el trazado original del Camino Natural "Senda del Duero", bien para esquivar puntos negros poco ciclables o simplemente por interés turístico, ya que por ejemplo el Camino Natural no pasa por las presas.

Salimos del Aldeadávila siguiendo las indicaciones del Camino que a la salida del pueblo coge una estupenda pista de tierra y que en unos 2,5 km conecta con la carretera de servicio de la presa de Aldeadávila. Unos 3,5 km nos separan del Mirador del Fraile donde podemos asomarnos a la presa y disfrutar de las impresionantes vistas del entorno. Ubicada en un profundo encajonamiento que el río ha labrado sobre la penillanura zamorano-salmantina, con desniveles de base que en algunas secciones supera los 400 m y con una altura de 140 m, es una de las presas más altas de España, e incluso de Europa y constituye una de las obras de ingeniería más impresionantes de las que se pueden ver en toda Europa. Asimismo es la más importante a nivel de producción eléctrica en España.

Retornamos del mirador del fraile por el mismo camino. Ignoramos por la derecha una pista-sendero de tierra con las indicaciones del Camino y seguimos de frente hasta conectar con el Camino de Rosanguina, una pista asfaltada que baja hacia el barranco del Ropinal. Una vez abajo conectamos con la carretera que por la derecha baja hacia poblado de la presa, nosotros nos vamos por la izquierda remontando el barranco en dirección a Mieza. En unos 4 km nos encontramos con una carretera por la derecha que nos acerca en 4 km al pueblo. Atravesamos Mieza y retomamos el trazado original del Camino.

A la salida cogemos una pista cómoda, al poco el horizonte se abre alternándose los campos de frutales, almendros y olivos, con los pastos de hierba que cubren la zona de la Charca de Las Escarbazas y la Fuente de Milredondo. Poco después el camino cruza el arroyo de La Nava por un tradicional pontón de piedra. Desde aquí apenas nos quedan 2 km para llegar a la localidad de Vilvestre, conocida por sus habitantes como "El Castillo". Llegamos al centro del pueblo, una gran plaza presidida por un rollo con cruz esculpida en granito situada frente al frontón también realizado en granito. Desde la plaza el pueblo se estira hacia la colina donde se ubica la La Ermita del Castillo y los restos del antiguo castillo. Allí arriba también se encuentra el Mirador del Duero, desde el que se disfrutan estupendas panorámicas de Los Arribes y del Duero embalsado por la presa de Saucelle.

En Silvestre realizamos parada de avituallamiento y le preguntamos al chico del bar sobre la continuidad del Camino del Picón hacia Saucelle, nos dijo que no y le hicimos caso y seguimos por carretera hasta Saucelle, craso error pues no siempre los lugareños conocen su entorno más cercano. ADVERTENCIA: se recomienda seguir el track previsto que llevábamos, éste sale de Vilvestre por al Camino del Picón, una pista asfaltada que baja hasta la orilla del río, después sigue río abajo durante varios km hasta que se acaba el asfalto y continúa por pista de tierra, cruza el barranco del arroyo de las Batuacas e inicia la subida de la Cabeza del Bayo por el Camino de la Barca hacia Saucelle. Antes de llegar al pueblo existe la posibilidad de coger una pista por la derecha que conecta con otra que baja desde Saucelle hacia la presa.

los 8 km de Vilvestre a Saucelle por la SA-320 son un "peñazo" comparados con el recorrido por la orilla del río. Una vez en Saucelle subimos al pueblo y desde la plaza de la Iglesia cogimos la calle que baja hacia la Fuente de la Gallarda. Le preguntamos a un lugareño para confirmar que la pista bajaba hacia la presa y de nuevo se confirmó la teoría del desconocimiento, En este caso ignoramos su indicaciones y seguimos nuestro track por la pista que cómodamente baja con unas estupendas vistas sobre el río hasta llegar al Merendero del Llano. En la bajada pudimos observar la pista del Camino de la Barca remontando la Cabeza del Bayo, por donde habríamos venido desde Vilvestre.

Una vez en el merendero del llano una cancela nos da acceso a la carretera que baja serpenteante hacia la presa de Saucelle, pasando antes por delante del Mirador del Salto donde nos paramos a esperar a Martín que ejercía de chofer. Durante la espera cambiamos los planes de ruta, en lugar de continuar por la ribera española cruzando el río Huebra y remontando el barranco hacia Hinojosa del Duero y después La Fresgeneda, tuvimos la gran idea de una vez en la presa de Saucelle cruzar a la ribera portuguesa y finalizar la etapa por el Parque Natural do Duero Internacional hacia la localidad de Barca d'Alva. La carretera remonta el cañón hasta conectar con la N-221 portuguesa que nos lleva durante unos 15 km "sumergidos" entre viñedos y olivares hasta el puerto fluvial de Barca d'Alva.

La ribera portuguesa del Duero más soleada es por tanto más fértil y los portugueses han trabajado lo escarpado del terreno construyendo terrazas por las que se extienden las lineas de vides y olivos serpenteando por la lomas del barranco en una perfecta alineación. La carretera nos lleva en un ligero descenso que nos permite disfrutar del recorrido empapándonos del olor de los viñedos. A la llegada a Barca d'Alva el Duero recibe las aguas del río Águeda, al que además le cede las función de frontera hispano-portuguesa, ya que a partir de aquí se orienta hacia el oeste atravesando Portugal hasta su desembocadura en Oporto. La aldea de Barca d'Alva, otrora punto en que se unían las líneas ferroviarias que conectaban Salamanca con Oporto fuera de servicio desde los años 80, hoy en día subsiste del turismo de los cruceros fluviales que transitan por el Duero desde Oporto.

Una vez en Barca d'Alva Martín y Jorge hicieron una excursión por el trazado de la vía férrea para comprobar la posible ciclabilidad de la misma, ya que hay un proyecto de convertirla en Vía Verde hasta La Fresgeneda, pero ni siquiera han quitado las traviesas, los viaductos pueden ser peligrosos por su estado de deterioro y evidentemente los túneles no están iluminados. La etapa la rematamos con un estupendo homenaje a base de guiso de bacalao en salsa con patatas fritas y unos estupendos postre caseros, en un bar-restaurante que hay en la salida de la aldea antes de pasar bajo la vía férrea en dirección a España. Nos hospedamos en la Quinta da Ponte - 645.816.277, una casa rural con dos pisos a 120 € cada piso, no cabíamos los 8 en un piso así que tuvimos que alquilar toda la casa por 240 €.