2ª Etapa: Trujillo - P.N. Monfragüe - Almaraz
Una gran etapa en la que el atractivo principal, y quizás el motivo principal de la programación de este viaje, es el Parque Nacional de Monfragüe, uno de los puntos de mayor interés ornitológico de España. En este entorno maravilloso se puede encontrar al águila imperial, al buitre negro, la cigüeña negra y grandes colonias de buitres leonados entre otras muchas especies. Constituye una de las zonas más representativas y mejor conservadas de bosque y matorral mediterráneo. En este entorno natural se mezclan las dehesas de alcornoques y encinas con las jaras. Los arbustos de madroños, brezos y durillos nacen a los pies de fresnos, sauces y acebos de las zonas más húmedas. El Tajo y el Tiétar transcurren entre cortados y roquedos, formando refugios naturales en los que anidan las grandes rapaces y otras muchas especies de aves como el halcón peregrino, el águila perdicera o el búho real.
Una etapa larga pero que en su primera mitad entre Trujillo y Torrejón el Rubio transita por la penillanura trujillano-cacereña, un terreno plano adehesado. Salimos de Trujillo por la EX-208 en dirección a Monfragüe y en unos 4 km salvamos la autovía A-58 y en algo menos de 9 km más alcanzamos el cruce a Aldea del Obispo que se queda a nuestra izquierda. En el camino Carlos viene guardando nuestras espaldas con la furgo hasta que la guardia civil le echó el alto para recriminarle su actuación, principalmente por ir a baja velocidad con las luce de emergencia apagadas y entorpeciendo el tráfico regular. Al final convencimos a los agentes con la única pena de un cariñosa regañina, la realidad es que Carlitos tuvo que dejar de guardarnos la espaldas en aquella largas rectas.
Quedan 26 km de rectas hasta Torrejón el Rubio, con la única variación de un ligero curveo y una pequeña depresión al vadear el río Almonte por el puente de La Barquilla. Atravesamos el pueblo y unos 4 km después iniciamos una bajada en zigzag para salvar la garganta del arroyo de La Vid, que nos sirve de pórtico al P. N. de Monfragüe, Tras cruzar el arroyo tenemos 3,5 km por el pié de la sierra de Monfragüe hasta el cruce que por la derecha sube al Castillo y la Ermita. Tenemos 1,1 km de subida asfaltada al 11% hasta alcanzar un pequeño parking y desde aquí continuamos por pista de tierra unos 200 m hasta las escaleras que suben al castillo y la ermita. Subimos al castillo y ascendemos hasta la torre del homenaje. Hacía un día espectacular, con las lluvias de los últimos meses los cursos del Tajo y el Tiétar estaban espléndidos, los bosques y dehesas exuberantes y a todo ello hay que sumarle el vuelo de las múltiples aves rapaces sobre nuestras cabezas. Estar allí, disfrutando de las espectaculares vistas de aquel entorno era un deseo de mucho tiempo que por fin podíamos satisfacer en vivo y en directo y no por un programa televisivo. Embriagados de aquella maravilla bajamos del castillo y al iniciar la bajada nos paramos para visitar el abrigo de Arte Rupestre (el abrigo del Castillo de Monfragúe), uno de los muchos catalogados en la zona. Después de visitar las pinturas rupestres iniciamos la bajada y retornamos a la carretera que la cogemos hacia el mirador del Salto del Gitano.
Una vez en el mirador del Salto del Gitano disfrutamos del espectáculo de agua y aves rapaces que vuelan de un lado a otro aposentándose en los paredes y rocas a a ambos lados del embalse, una delicia para toda la gente, los menos con pintas de turistas, los más con pintas de profesionales de la fotografía o naturalistas, la gran mayoría provistos de teleobjetivos y/o prismáticos, en definitiva personal que no pasaba por allí por casualidad. Nosotros teníamos que seguir la etapa, así que con una mezcla de satisfacción y resignación, reanudamos el camino hacia la fuente del Francés y el puente nuevo que nos permite cruzar al otro lado del Tajo embalsado en dirección a Villarreal de San Carlos que lo tenemos a algo más de 2 km por carretera salvando un pequeño collado con las vistas del maridamiento del Tiétar y el Tajo.
En Villarreal de San Carlos hicimos parada de avituallamiento pues era la hora y el lugar adecuado, pues teníamos muchos kms por delante sin posibilidad de hacerlo con una cerveza delante. Salimos del pequeño pueblo por una pista sendero identificada como la Ruta Amarilla del P.N. que lleva al mirador de La Tajadilla siguiendo el margen derecho del Tiétar. Un sendero precioso que transcurre por zonas diversas y agradables, como pequeñas huertas o algunos retazos de dehesa y matorral, además de fuentes cubiertas de fresnos y alisos. Circulamos entre jaras y con el fondo del río Tiétar que dibuja un amplio meando (El Charco del Infierno) poco antes de llegar a la Tajadilla y la presa de Torrejón - Tiétar. Separada por una estrecha franja de tierra está la presa de Torrejón - Tajo
A partir de aquí entramos en una sucesión de miradores. Después de La Tajadilla cruzamos la presa sobre el Tiétar y tenemos unos 300 m de subida hasta el mirador de La Malavuelta desde donde tenemos una panorámica de la presa. Después continuamos entre encinar y matorral mediterráneo hasta el mirador de La Báscula, desde donde podremos observar las dos especies más emblemáticas de este fenomenal espacio natural, como son el águila imperial y el buitre negro. Durante 1,2 km damos la espalda al Tajo y llegamos al mirador de La Higuerilla con una estupenda vista de un gran meandro del Tiétar. Seguimos por pista asfaltada y enseguida cruzamos el puente del Cansillas y en menos de 2 km por el margen izquierdo del río llegamos al mirador de La Portilla del Tiétar. Otro buen sitio para avistar aves, de hecho, justo en frente de su caseta cubierta hay una gran peña en la que buitres y búhos acostumbran a criar. A simple vista podremos divisar a las rapaces en el risco, con unos prismáticos podremos llegar a ver además sus nidos y actividad. Contemplar a los buitres solearse (abrir las alas para secarse cuando se han mojado) es un auténtico espectáculo muy fácil de contemplar desde este punto.
Seguimos nuestro camino hacia el este alejándonos del Tiétar y entramos en una zona de dehesas de alcornoques centenarios. En menos de 2 km dejamos a nuestra izquierda un hotel rural. Unos 3,3 km después cruzamos el arroyo de Valbuena y en 1,5 km más a la altura del caserío de la Herguijuela dejamos el asfalto y cogemos por la derecha el Camino a Toril, identificado en el parque como la Ruta Rosa, en el recorrido podremos observar alguna ganadería brava. A continuación siguen 4 km de buena pista llana entre dehesa hasta encontrarnos la EX-389. Seguimos por la carretera hasta Serrejón que se encuentra como a unos 8 km con dehesas a ambos lados donde se alternan la ganadería vacuna con algunos toros bravos y la porcina alimentándose y "haciendo piernas".
Una vez en Serrejón decidimos abandonar el asfalto y continuamos por el camino a Almaraz, transitando todo el tiempo entre dehesas y ganadería. En unos 3,3 km nos encontramos un cruce y cogemos por la derecha hacia el Pantano de La Anguila, en 2,5 km alcanzamos el pantano y luego lo bordeamos durante 1,7 km hasta conectar con la EX-389 que la cogemos por la izquierda hacia Almaraz. En algo más de 1 km la carretera desciende hacía el embalse de Almaraz un impresionante obra de ingeniería cuyo objetivo no es producir electricidad ni proporcionar agua para regadío sino enfriar la central nuclear, es como un gran circuito de refrigeración. Cruzamos la presa y nos quedan algo más de 7 km hasta Almaraz. Nos hospedamos en el Hostal Portugal I, 927544070, recomendable, pero si hay operaciones de mantenimiento en la nuclear no hay plazas en el hostal, pues los operarios de la misma tienen absoluta prioridad, habría que buscar hospedaje en las áreas de servicio cercanas de la Autovía de Extremadura (A5). El pueblo no tiene interés turístico, si bien llama su atención su extraordinario modernista ediificio del ayuntamiento, sin duda fruto de la servidumbre de la central nuclear.
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