Etapa 4: Guadalupe - Navalmoral de la Mata
Otra gran etapa en la que continuamos por el entorno del Geoparque de Las Villuercas-Ibor-Jara, pero ahora de sur a norte por las vertientes orientales del macizo. Itinerario coincidente en gran parte con el Camino de los Jerónimos, una ruta de peregrinación que une el Monasterio de Guadalupe y el Monasterio de Yuste. En la parte final de etapa regresamos a la comarca de Campo Arañuelo.
Salimos de Guadalupe por la EX-118 remontando los últimos 4 km de la etapa anterior que nos llevan hasta el Mirador de Guadalupe y la ermita de El Humilladero o de Santa Cruz. Una vez arriba empieza a lloviznar ligeramente y desestimamos continuar por pista por temor a que arrecie la lluvia y encontrarnos con barro en la pista. Descendemos unos 7 km por el margen derecho de la cabecera del río Ibor y en el p.k. 12,3 de la EX-118 dejamos el asfalto y cogemos por la derecha una pista de tierra. Subimos un poco hasta un cortijo donde un hermoso mastín no quiere amistades con Martín y le muestra su enfado por molestarle. Bajamos unos metros por la pista y cogemos por la derecha un sendero que cruza el río Pinarejo por un angosto puente de piedra medieval en el que se observan la señalización del Camino de Guadalupe en sentido contrario al que nosotros llevamos.
Después de cruzar el vetusto puente nos despojamos de los chubasqueros pues afortunadamente ya había escampado y no amenazaba nuevas lluvias. Pedaleamos por una campa preciosa hasta una encrucijada de caminos. Seguimos de frente por una buena pista durante 1,3 km por el paraje de Venta Real, un entorno precioso entre bosque y prados hasta conectar con la CC-20.2 una pista forestal asfaltada que sube desde el valle del Ibor hacia la sierra del Hospital del Obispo entre bosques de pino y roble. A partir de aquí iniciamos un ascenso tendido de unos 8,5 km con un 4,3% de promedio hasta alcanzar el collado con buenas vistas de las sierras y el valle del Ibor. A partir de aquí nos adentramos en el paraje del Hospital del Obispo, es una nava que se encuentra situada a unos 1000 m de altitud en el interior del enorme anticlinal del Ibor-Guadalupe. Es decir, es un valle elevado sobre los demás valles cercanos, situado sobre pizarras entre las elevaciones cuarcíticas de las sierras del Rullo y del Hospital. En el frondoso valle se encuentra la fuente del caserío y la capilla del Hospital de la Santa Cruz, que fundó D. Diego de Muros, en 1504, obispo de las Canarias, para albergue de los reyes y peregrinos que iban al monasterio de Santa María por el Camino Real de Castilla a Guadalupe. Desde el collado descendemos durante 1,5 km y abandonamos la carretera y cogemos por la izquierda una pista que atraviesa que lleva al Hospital del Obispo.
El camino continúa por la nava y enseguida alcanzamos una encrucijada de caminos, nosotros seguimos de frente por el carril de Castañarejo e iniciamos el descenso de la garganta de Solóbriga. Después de 1,4 km cruzamos el arroyo y seguimos por la ladera del cerro de La Dehesilla durante 6 km hasta alcanzar Navalvillar de Ibor en el valle del río Ibor con la Sierra de Viejas de fondo. El Valle del Ibor o Los Ibores es la denominación que recibe la comarca natural de la cuenca del río Ibor. La comarca tiene forma alargada, siguiendo el curso del río, de sur a norte. Limita al norte con el Río Tajo, al este con la comarca de La Jara, en Toledo, al sur y al oeste con Las Villuercas. Se trata de una zona montañosa y agreste en la que se combinan los valles con los roquedales y sierras. El relieve se define como apalachense. Las montañas contienen roquedales, conocidos por los vecinos como "pedreras". La vegetación de la zona es muy variada, aunque toda ella es propia del bosque mediterráneo. La Cueva de Castañar Ibor, de gran valor espeleológico, está cerrada a las visitas del público.
Una vez en Navalvillar de Ibor decidimos continuar por carretera hasta Castañar de Ibor porque el paso de la Garganta de Salóbriga por la pista tiene un tramo complicado. Una vez en Castañar el grupo se divide, unos siguen por la EX-118 en dirección a Navalmoral de la Mata. Pero la mayoría salimos de Castañar por la c/ Occidente donde está el Colegio Público Rodrigo Davila, el colegio se queda a nuestra derecha y después el polideportivo. A la salida del pueblo se acaba el asfalto y seguimos por pista de tierra que en algo menos de 3 km desciende hacia el margen derecho del Ibor donde conectamos con el Camino de Navalmoral a Navalvillar.
Durante algo más de 5 km seguimos aguas abajo el curso del Ibor por su margen derecho, por entorno precioso en el que se alternan algunas huertas con el bosque de ribera con chopos, fresnos, sauces o álamos. En el camino nos empezamos a cruzar con algunas caballerías y algún coche lo cual nos sorprendió un poco. A la altura del charco del Cura cruzamos el arroyo de Horcajo y nos alejamos del río alcanzando el caserío de La Avellaneda. Aquí descubrimos el por qué de las caballerías y el transito de coches, los lugareños estaban de fiesta y romería, la del Cristo de Avellenada. Después de agradecer la invitación de comida y bebida de los lugareños nos quedaban unos 2 km de subida por una pista de tierra soportando la polvareda de los coches que bajaban desde el collado de la Era de las Mesillas en la EX-118. Incluso algunos se molestaron cuando les pedíamos que frenasen un poco. Desde la Era de las Mesillas circulamos 0,5 km por la carretera y enseguida cogemos por la derecha una pista que se abre en dos y que coincide con el trazado del Camino Natural del Tajo. Cogemos el ramal de la izquierda en dirección a Bohomal de Ibor y al embalse de Valdecañas. Tenemos unos 10 km de pista en ligero descenso siguiendo el curso del arroyo de Valdeozores, cambiando el entorno de ribera por el típico de dehesa extremeña, hasta encontrarnos de nuevo con la EX-118 por la que recorremos el último km hasta la entrada de Bohonal de Ibor. Aquí realizamos parada de avituallamiento en El Arador. Sin entrar en el pueblo después continuamos por la EX-118 hasta el margen izquierdo del embalse de Valdecañas donde podemos acercarnos al Templo de los Mármoles, ruinas romanas de Augustobriga, construido en el siglo II después de Cristo, asentado sobre una plaza fuerte en el Pueblo Prerromano de los Vettones. Pórtico de un edificio considerado Curia, fue trasladado piedra a piedra en 1963 desde Talavera la Vieja (Augustobriga) cuando se inundo el embalse. Es conocido como los Mármoles puesto que el estuco que lo cubría imitaba al mármol, aún hoy se puede ver en las columnas los restos del estucado de Augustobriga,
Cruzamos el embalse de Valdecañas, bajo las aguas se queda el puente viejo sobre el Tajo y el pueblo de Talavera la Vieja y seguimos por EX-118 hacia el Valle del Tiétar, con la silueta de los picos de la Sierra de Gredos de fondo y en unos 5,5 km alcanzamos la localidad de Perelada de la Mata. Atravesamos el pueblo y salimos por el norte por una pista que en menos de 1 km conecta con la Colada del arroyo de Sta. María que la cogemos por la derecha. En unos 3,5 km y tras vadear el arroyo de Valparaiso alcanzamos la autovía A-5 a la altura del área de servicio Los Cerrillos. Salvamos la autovía y seguimos por la vía del servicio durante 6,5 km hasta Navalmoral de la Mata. Nos hospedamos en el Hotel los Granados, 927530750, recomendable.
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