6ª Etapa: Selaya - Gibaja
Otra gran etapa,con un perfil exigente, de hecho es la "etapa reina" del viaje en lo que al desnivel acumulado se refiere, si bien transcurre toda por asfalto lo que la hace algo más fácil. En la primera parte seguimos por los Valles Pasiegos, saltaremos del valle del Pisueña al valle del Miera a través de la montaña que los separa imitando la trashumancia de sus pobladores, los pasiegos. A continuación buscamos los Collados del Asón y en la parte final seguimos la cuenca del río Gándara en busca de las cuevas cántabras de Covalanas y Cullalvera.
Nos despedimos de Selaya desde la puerta del Palacio de Donadío y a la salida del pueblo cogemos por la izquierda la CA-264 en dirección a San Roque de Riomiera. Pronto nos encontramos un indicador que nos avisa de que tenemos por delante 10 km de subida hasta el alto de El Caracol con desniveles del 5 al 7%. Amaneció un día extraordinario y durante toda la subida pudimos disfrutar de las espectaculares panorámicas de los valles y cabañas pasiegas. Después de 2 km remontando el valle del río Seco nos encontramos por la izquierda el desvío a Bustantegua y Valvanuz al tiempo que entramos en un descansillo. Después se mantiene la subida entre el barranco de Hornillas y el del río Campillo alternándose las zonas boscosas con los verdes prados de pasto salteados de cabañas pasiegas.
Al iniciar la bajada por la vertiente opuesta del alto de El Caracol se nos muestra una estupenda panorámica de la sierras del valle de Miera con la singular imagen de El Campanario en primera línea. A partir de aquí se inicia el descenso al fondo del valle alcanzando la localidad de San Roque de Ríomiera. Es una de las tres villas pasiegas, zona eminentemente ganadera, con gran riqueza de pastos. Ya en le fondo del valle y antes de llegar al pueblo dejamos por la derecha la CA-643 que lleva al Portillo de Lunada en la cabecera del valle, pero esa visita de ida vuelta se la dejamos a Carlos y Blas que van con la furgo. En la subida y desde el mirador de la Casa del Rey se contemplan los restos de la infraestructura de la industria maderera que prosperó en la zona en los siglos XVI y XVII, a fin de abastecer a la Real Fábrica de Artillería de La Cavada con madera, como el Resbaladero de Lunada, donde controlaban los trocos que después descendían por el curso del río Miera valle abajo, lamentablemente hoy en día apenas queda bosque y el caudal del río Miera es escaso.
Después de S. Roque de Riomiera tenemos un par de curvas antes de coger por la derecha la pista que nos lleva al camping y al cruce del río Miera. Nada más cruzar el río arranca una pista de cemento/asfalto con fuertes pendientes que nos lleva por delante de una vieja ermita y en menos de 1 km llegamos a un cruce que cogemos por la izquierda en dirección a Calseca. Sin dejar de subir la pendiente se suaviza un poco remontando el barranco de Paso Malo, por un recorrido de montaña espectacular con pequeñas praderas entre grandes macizos calizos. La subida se hizo larga y con algunos tramos con altos porcentajes pero nos la tomamos con calma, con paradas de descanso e incluso algo de empujing alternativo para "relajar" el cuerpo y disfrutar del maravilloso entorno.
Tras casi hora de subida coronamos el collado y en la vertiente opuesta se nos muestra una preciosa panorámica de los valles y sierras septentrionales de la Cordillera Cantábrica, con el Cantábrico y la bahía de Santander en el horizonte. A continuación tenemos un falso llano manteniendo la cota de los 900 m hasta un curioso monumento a la vaca pasiega y un mirador que nos muestra la parte más agreste y despoblada de la sierra. Después descendemos en zigzag hacia la cabecera del barranco de Calles, por el paraje de el Bucebrón, un pequeño valle donde nos encontramos un hermoso ejemplar de toro semental que nos corta el camino y al que "amablemente" le pedimos permiso para pasar. Durante 2,5 km la pista desciende por el barranco de Calles, con algunos tramos en zig-zag encementados entre hayedos. Cruzamos el cauce del barranco y continuamos por el paraje de Los Machucos 1,7 km hasta el barranco de Bustablado y 1, 5 km después llegamos al fondo del valle en Bustablado.
Atravesamos el pueblo y seguimos 3 km valle abajo hasta conectar con la CA-261 que la cogemos por la derecha hacia Arredondo a 2 km, antiguamente era denominado la "capital del mundo" pues de allí emigraron numerosos indianos hacia América, donde hicieron fortuna y al volver se daban cita en el pueblo con grandes ganancias y riquezas. Una vez en Arredondo realizamos parada de avituallamiento para reponer energías antes de acometer la subida de Los Collados de Asón. El Parque Natural de los Collados del Asón era otro de los recorridos obligados del viaje, con altitudes comprendidas entre los 240 y los 1581 m, el relieve del macizo montañoso calizo del Alto Asón presenta como peculiaridades más notables los rasgos que se derivan de la acción glaciar durante la Era Cuaternaria, la dinámica fluvial y los procesos kársticos que se desarrollan sobre los materiales calcáreos. Se encuentra dentro de lo que fue el amplio conjunto glaciado de la montaña oriental de Cantabria. Los ecosistemas que alberga, la diversidad de fauna y flora asociada, la tranquilidad y autenticidad de los paisajes, aconsejan su visita, así como la formidable cascada de 70 m del nacimiento del río Asón. Después del avituallamiento, salimos de Arredondo por la CA-265 y pronto nos encontramos con la Cubera por donde mana el sistema Cueto-Coventosa tras más de 32 km de galerías para desembocar en el río Asón. En los primeros 4 km la carretera asciende muy suavemente hasta Asón. A continuación el valle se va angostando al tiempo que la pendiente se incrementa poco a poco hasta encontramos con una primera curva "paella". En este trayecto ya iremos divisando la cascada de la que un dicho popular cuenta que no es una cascada, sino el pelo plateado de una "anjana", ser de la mitología cántabra. Después alcanzamos el mirador del nacimiento y desde aquí 2 km más al 7% con un par de paellas más hasta alcanzar el collado y mirador del Asón desde el que obtenemos estupendas panorámicas del valle y de las sierras del sistema.
Tras coronar el collado dejamos un parking a nuestra derecha e iniciamos el descenso por la vertiente opuesta donde se nos muestra el Valle del Gándara. Al poco de iniciar la bajada la carretera se estrecha bajo un paredón calizo y en una doble curva bajo la que se encuentra el nacimiento del río Gándara, que aflora al pie de peña Becerril después de muchos km de galerías para recorrer el Valle de Soba hasta desembocar en el río Asón en Ramales de la Victoria. Tenemos unos 12 km de bajada pasando por las localidades de La Gándara, Hazas, Veguilla y Regules en el fondo del valle. Cruzamos el río y seguimos aguas abajo durante unos 8 km hasta encontrarnos con la N-629 que la cogemos por la izquierda para entrar en Ramales desestimando la visita a la cueva de Covalanas.
Una vez en Ramales nos dirigimos a la cueva de Cullalvera que forma parte de un complejo kárstico de gran desarrollo, aproximadamente 12 km. Es una cavidad de grandes dimensiones con una espectacular boca de entrada que emerge de un frondoso encinar cantábrico. Pero llegamos 15 minutos después de que concluyera el horario de visitas y no pudimos entrar así que nos conformamos con la visita al centro del pueblo, en el que en principio estaba previsto pernoctar pero no encontramos alojamientos al hacer la reservas. Ramales fue escenario de la batalla de Ramales que decidió el triunfo liberal en la Primera Guerra Carlista y por ello Ramales se denomina de la Victoria, el municipio reúne uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de la región.
Desde Ramales apenas nos quedan algo más de 4 km hasta Gibaja una pequeña localidad del municipio en la que nos hospedamos en Hostal Casa Pardo 942 670 355, sencillo, limpio, acogedor y con restaurante, recomendable.
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