Seguimos por la vertiente sur de Sierra Nevada, pero ahora sobre la Alpujarra Granadina, desde las alturas de los 2000 m de la pista forestal que nos adentra en la Alpujarra más remota y alejada, a mitad de camino entre los pueblos y las cumbres. Observaremos los municipios de la Alpujarra Alta: Mairena, Valor, Yegen, Mecina Bombarón, Cadiar, Bérchules, Juviles y final de etapa en Trevélez. Los ríos y arroyos dibujan el costillar de la sierra buscanado el valle del Guadalfeo y al otro lado del valle las elevaciones de la sierra de La Contraviesa que lo separan del Mare Nostrum. Una borrachera de naturaleza de montaña.

La pista comienza en el mismo puerto de la Ragua, pero nosotros, por imperativos logístico-hoteleros, empezamos en Laroles rehaciendo los últimos 7,5 km de asfalto del día anterior por la carretera que sube al Puerto de la Ragua desde Laroles.

Como en unos 7.5 km de Laroles, (entre los mojones 17 y 16 km) nos desviamos a la izquierda por una pista que asciende y en poco más de 1 km giramos el morro de Bocas del Aire. En unos 3,5 km más de ligero ascenso conectamos con la pista que nos llega por la derecha procedente del Puerto la Ragua, que es la que hubiésemos traído en bajada en caso de pernoctar en La Ragua. Tras la unión de pistas en 1,5 km llegamos al área Recreativa del Río Laroles.

Ya estamos en la pista “Cota 2000” y a partir de aquí no tenemos problemas de orientación, sólo hay que seguir la pista principal durante unos 50 Km más o menos, bordeando cerros y morros y vadeando barrancos, moviéndonos entre los 1800 y los 2000 m de altura vamos ignorando los desvíos a la izquierda que nos bajan a los pueblos de la Alpujarra Alta Granadina.

Después del A. R. del Laroles bordeamos el cerro El Mirador, a continuación cruzamos el río Nechite, bordeamos la Loma del Monte, el río de Válor, el Morrón de Yegen, el río Mecina, donde nos encontramos con A.R. Las Chorreras donde lo dejamos pasar la oportunidad de peganos un baño en su preciosa cascada.

Después del baño, tenemos una subidita desde la salida del barranco del río Mecina hasta la Sima del Postero. Continuamos bordeando Cerro Gordo, después río Grande y río Chico, en principio separados por la Loma de Enmedio y después se unifican como río Grande antes de llegar al pueblo de Los Bérchules.

Después de vadear el río Chico y salir del barranco del Espino la pista empieza a descender ligeramente bordeando el pico o Peña de Los Papos en dirección a la Rambla del Cairo. Por nuestra izquierda transcurre la acequia del espino. Actualmente a esta pista la han señalizado con el nombre de SULAYR.

La pista continúa en ligera bajada hasta el cruce de la Hoya de Herrera, donde cogemos por la izquierda y continuamos, ya con una pendiente de bajada más pronunciada (10 % de promedio), unos 4,5 km de pista rápida y con un último tramo zigzagueante que desemboca en la carretera a unos 3 km de Juviles.

Una vez en Juviles nos paramos en un restaurante a la izquierda de la carretera para reponer energías pues habíamos salido de Laroles sin bocatas y el hambre ya apretaba.

Después del avituallamiento continuamos la etapa por carretera, nos quedaban algo más de 12 km para llegar a Trevélez el final de etapa.

Trevélez es un bello y entrañable pueblo situado al Suroeste del Mulhacén a 1.476 m de altitud, desparramado por la ladera de la montaña en tres barrios (bajo, medio y alto) con un desnivel entre ellos de 200 metros y encajonado entre sus dos ríos el "Chico" y el "Grande". Desde la carretera se muestra una imagen muy bonita, con su blanca silueta y sus barrios escalonados que parecen estar colgando sobre el monte para resbalarse hacia los ríos.

El Terrao con su chimenea es uno de los elementos más peculiares de la arquitectura treveleña y, en el invierno, siempre se divisa la nieve que se convierte en un elemento familiar. Puede presumir este pueblo de múltiples bellezas paisajísticas y urbanas, de ser el más alto de España e incluso de Europa, de tener las truchas más ricas de la Comarca, y sin embargo lo que ha dada la fama a Trevélez han sido sus jamones, de estos se habla y no para, conocidos como Jamones de Trevélez. Estos jamones ya fueron premiados en 1.862 por la Reina Isabel II, dejando ésta un sello en el Ayuntamiento (que aún se conserva) como reconocimiento e la calidad de los mismos. Además el desarrollo del turismo rural o de montaña ha adquirido en Trevélez un nivel muy aceptable.
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